Hoy le dedico este post-pre, que no postre, al mundo del espionaje. Yo
creo que equivoqué la profesión, aunque la mía también tiene mucho de
descubrimiento e investigación ... A veces me descubro a mí misma
disfrutando como loca ( no se admiten chistes fáciles ) de haber hecho
conexiones inverosímiles en mi cabeza con algún que otro dato empírico
que llega a mis manos... Lanzar hipótesis y tratar de comprobarlas de
las más variadas maneras me seduce mucho, mucho. Lo malo es que después
no me atrevo a hacerlas públicas en un medio como éste porque estoy
segura de que si caen en manos de determinados lectores o lectoras de
este blog, serían -como mínimo- mal interpretadas y acabarían yéndole
con el chisme a sabe dios quién, tamizado además por el intelecto
corto, ruin y malévolo de algún/a personajillo o personajilla de poca
monta con ínfulas. Lo que sí os voy a contar es un chisme la mar de
curioso y es que una de mis amigas lleva algún tiempo saliendo en plan
amiguete con un tipo, del cual sabía poco más que el nombre... y digo
"sabía" porque en cuanto esta menda se enteró comenzamos a hacer esas
conexiones de las que os hablaba un poco más arriba y en este momento
ya sabemos -entre otras cosas- su filiación completa, número del carnet
de identidad, donde vive y donde trabaja, además de que casualmente mi
amiga fue informada de dónde era originario y algún que otro dato
familiar... Ahora estamos recabando información de los datos de la
seguridad social... esto de conocer a un par de jakers ( o como se diga
) no tiene desperdicio alguno... Y lo más sorprendente es que yo tengo
una foto al lado de ese tipo nada más y nada menos que en el Capitolio.
Foto casual donde las haya pero la mar de informativa y curiosa. Por
cierto que, hablando de casualidades, hace unos días entré en un
comercio del Centro a comprar unos pendientes que finalmente mi
contiguo me regaló por mi santo y a que no sabeis a quien me encontré
allí? pues a Belén... hacía unos veinte años que no la veía, me contó
-entre otras muchas cosas- que era la dueña del comercio, que había
enviudado de su segundo marido... que estaba fenomenalmente bien... que
sus hijas trabajaban las dos... que tenía un piso alquilado y otro en
propiedad.... el dinero que ganaba... que iba a traspasar el comercio
porque total, para qué lo necesitaba... etc...etc...La verdad es que yo
no la recordaba con ese desparpajo, en menos de un minuto me hizo un
sorprendente relato resumido de lo más ¿interesante? de su vida... Me
alegré de verla y de verla aparentemente bien. Le deseo que tenga más
suerte de la que parece que ha tenido la pobrecilla hasta ahora. Otro
día sigo. Saludos a la afición, especialmente a quienes nos leen a
escondidas.
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