Que me llamó la mamma hace un rato y me dijo que hasta soñaba con Roma. Y que el sueño de esta noche consistió en que estaba en la Plaza de Venecia, rodeada  de gente, y en amigable conversación con los indígenas, y que entendía perfectamente lo que decían. Yo me dije ¡Milagro! Pero digo yo que milagro de Cristo no debe ser, y de su padre tampoco, porque no tuvo ella detalles especialmente detallosos con ambos, así que como no sea un milagro de Trajano, cuya columna adoraba cada día al levantarnos porque la teníamos a 20 metros del hotel... Es que mi madre flipó con el "cine" de la época, y cada día trataba de desentrañar una de las secuencias de batallitas que trepan columna arriba...
Bueno: la cosa es que me llamaba por si quería ir mañana al entierro de la sardina al puebo donde vive (cerca de Madrid), y así me reía un rato con ella haciendo de llorona elegantísima, que se compró una pamela de 6 euros y todo, y de paso le hacía unas fotos (es que le cogió una afición...-las cosas se heredan en sentido vertical, pero a veces en dirección inversa-). Que no podré, que mañana tengo un día cargadito. Pero esto me recordó que el carnaval toca a su fin, y me dije: pues voy a mandarles aquí a los colegas unas foticas de cuando tocaba a su principio, antes de que caduquen.
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