Esto es sentido de la propiedad, y lo demás son cuentos. ¿Queda alguna duda de que esta radio de última generación (del 68) es de Amparo.
Pues sí, queda. Porque el obrero que cada mañana la coloca y enciende en el pasillo del edificio en obras... es un hombre. No me atreví a preguntar al ¿heredero, ladrón, arrendatario, marido cabrón, hijo desaprensivo... o vaya usted a saber? quién era la tal Amparo y por qué no era ella la usuaria actual. Me dio miedo. A la tal Amparo también me habría dado miedo preguntarle.
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