Esta es mi casita de los enanitos, la que me viene a la cabeza cada vez que se nombra a Blanca Nieves o leo algo alusivo. Estaba en mi cole, en donde yo estudié hasta los 10 años en que pasé al instituto. Tenía hasta cocina y todo, en miniatura, pero entrábamos en ella sin tener que agacharnos. Ahora me doy cuenta de todo lo que tuve, pero entonces me parecía normal porque todos los niños y niñas de donde yo vivía disfrutábamos de lo mismo. Eramos los hijos de los empleados de aquella fábrica estatal e incluso en el día de Reyes no nos faltaba regalo a ninguno porque la Empresa Nacional Siderúrgica se encargaba de ello. Era emocionante ir a recogerlo a la plaza mayor. Bubela no se lo creerá, ayer tuve que convencerla de que era cierto, de que viví en el lugar de la fotografía. En fin, qué lío de sentimientos...
No puedo rebajar más la imagen, lo siento. Por cierto que está tomada del mismo lugar que la anterior, espero que no se nos cabree nadie.