Bueno, ayer le decía a Caqués que me daba envidia, pero la verdad es que yo tampoco había empezado mal el día. Día, por cierto, estupendo y soleado en toda Galicia, según parece.
Ya dije en otra ocasión que no soy muy festeira. Para mí, y aunque a muchos pueda parecerles un aburrimiento, la idea de la buena vida es algo parecido a lo que hice ayer.
.
.
Esto es lo que vi la segunda vez que me levanté. Bueno, la verdad es que para verlo no me hace falta ni levantarme. Un lujo, vaya.
Aclaro que la primera vez que me levanté -para trabajar, faltaría más- aún faltaba un buen rato para que amaneciese. Después, como siempre que puedo, recunqué un poquito.
.
.
.
.
Esto es lo que veo mientras desayuno. La botella que se ve en primer plano es de aceite de Andújar para las tostadas, ¿eh?, que no es cazalla, ni nada de eso. Lo que se tendría que ver a fondo es la Isla de Ons, pero había brumilla y no se aprecia.
.
.
.
.
..
La comida ya fue más al norte, en A Coruña, pero de vista tampoco estábamos mal. Y eso que teníamos casi todas las persianas cerradas por el solazo que hacía.
El paisaje típico de estos días: mogollón de gente en la playa, el paseo lleno...
.
.
.
.
Esto es para que veáis que sigo cuidando mi alimentación. No, no, no miréis la copa del ex puding con nata, mirad la Coca Light que hay detrás. Sin azúcar, cero calorías. Que no se diga.
.
.
.
.
.
.
Y esto es el remate de todo buen exceso que se precie, y en mi caso ya está empezando a hacerse norma. Nada, que como sigamos así, habrá que renovar el vestuario.
.
.
.
.
La tarde ya no fue tan maravillosa, que me tocó trabajar, para no perder la costumbre. Si alguien sabe de algún trabajo de ocho horas y medianemente bien remunerado que me lo diga rapidito, please, que peligra la vida del artista.
|