Bueno, chicos, esto va dedicado a los muy viajeros, para que veáis que no hace falta irse demasiado lejos, porque, a veces, el paraíso lo tenemos a la puerta de casa.
Para mí, éste es uno de mis paraísos, porque tengo varios. Se trata de la playa de Espiñeirido, en el concello de Porto do Son. Es una playa muy poco concurrida, de arena fina y aguas frías, limpias y agitadas, con las dunas propias de los arenales venteados. Los que más la frecuentan son surfistas y nudistas, y a veces incluso surfistas nudistas, que alguno ya hemos visto. Pero aún así, en temporada alta, con lo más que te puedes encontrar es con unas... ¿veinte personas? En la zona hay muchos arenales, grandes y pequeños, de ría y de mar abierto, como éste, por eso no suele haber aglomeraciones mas que en puntos muy concretos.
Naturalmente, quienes también la frecuentan son los habitantes del lugar, ya que en ella abundan pulpos, mejillones, percebes y alguna delicia más. Ni que decir tiene que nada de esto se puede coger libremente, que aparte de esquilmar y quitarle el pan a otro por divertirte un rato, te puede caer una multa de padre y muy señor mío.
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Ésta es la playa vista de Sur a Norte. El monte que se ve a la derecha es el Tahúme y las montañas del fondo, la Sierra del Barbanza. Ah, bueno, y las flores que se ven en primer plano son armerias marítimas, espectaculares cuando están en pleno apogeo, e incluso cuando no lo están, porque la planta en sí ya es preciosa.
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Y ésta es la playa vista de Norte a Sur. La zona que se ve en primer plano se llama Agrolido, "Aghrolido" para los autóctonos. Detrás de las rocas del fondo, O Corgo. Detrás de O Corgo, la playa de Balieiros, que ya pertenece al concello de Ribeira.
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Y como yo soy un poco fetichista y me gusta rodearme de cosas que me traigan buenos recuerdos y que, por tanto, me hagan feliz, tengo la costumbre de hacer lo que yo llamo "monográficos". Éste es mi monográfico de Espiñeirido, unas piedras que te encuentras en la orilla unos días sí y otros no, dependiendo de cómo trabaje el mar. ¿A que molan? Pues son únicas e irrepetibles. Un tesoro, vaya.
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Por cierto, sé que a alguno le van a dar ganas de matarme, por desvelar este secreto tan bien guardado. Espero que, dadas las miles de personas que nos leen a diario, este año no se nos llene la playa de turistas.
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