¿Cuándo un utensilio se convierte en objeto artístico? Pues cuando deja de ser utensilio, o sea, útil.
Esta regla vale para todos los utensilios de todo el mundo. Como siempre, hay excepciones confirmando la regla.
Cuando los objetos que ya no son útiles son tan abundantes que no dejan espacio para los nuevos utensilios, no queda más remedio que reciclarlos en su faceta de "útiles".
¿Dónde se da esta excepción en una formidable cantidad? Pues en Roma, por ejemplo. Donde esta bicicleta pinchada (que dejó de ser vehículo, es decir, empezó a ser arte, y sin embargo útil) fue rápidamente transformada en papelera por los viandantes.
Nota del autor sobre el plagio, la morriña, y la admiración por algún magnífico y seguramente difunto publicista: el título de este artículo es un "homenaje" al lema de la ciudad de mis amores, Santiago de Compostela, "donde hasta la lluvia es arte". ¿Quién da más?
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