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Descenso al infierno. Infierno de ascenso
Varios tramos de escaleras como éste son los que tienen las estaciones de la línea de metro circular, la que "me toca" haya o no haya transbordos posteriores. Siempre espero encontrarme al señor del tridente a cada vuelta de un pasillo. Y con todo, el infierno no es el descenso, sino el ascenso cuando uno vuelve de madrugada, reventado tras un duro día, y las escaleras están ya desconectadas, que total, para lo que queda de funcionamiento, los reventados usuarios que las vayan subiendo a pie. Doscientos ochenta y tantos escalones. Entonces, lo que esperas encontrate (y deseas con toda el alma) son tres cosas: que no te hayan cerrado la puerta de la calle, que haya una bombona de oxígeno y un par de azucarillos esperándote a la salida... y poder clavarle el tridente en salva sea la parte a salvos sean los ¿responsables?
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Publicado por Bubela el 24 de Abril, 2007, 14:54
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