Pues sí. El año pasado, por estas fechas -más o menos- paseábamos Fara y yo por este caminito tan idílico que bordea la península de la Torre. La barandilla estaba hecha de traviesas de vía de tren y sobre una de ellas -se aprecia muy mal en la foto- había un plaquita donde indicaba que lo que abajo se veía era el Espinoso, una escultura suspendida sobre el mar con unos cables de acero.
..
...Pero, no sé, alguien en el Concello se debió de encontrar dinero olvidado en un cajón y, habiendo tanto donde emplearlo, no se le ocurrió mejor cosa que hacerse con unas maquinitas infernales para jorobarnos los caminos. Bueno, aún habrá que agradecerle que no se lo gastase en percebes.
......
Y dicho y hecho. Metieron las maquinitas por todos los caminitos y los dejaron hechos... ¡unas verdaderas autopistas! Que ya no hacen falta botas para pasear por ahí, oiga, que se puede ir de tacones y superfashion de la muerte. Cambiaron las barandillas por estas tan monas y, eso sí, dejaron el cacho de traviesa con la plaquita. Lo que no se ve es el Espinoso, que está medio descolgado y a punto de irse al mar. Por cierto, ¿a que cada año está más guapa mi Fara?
.
.
.
.
.
.
Y claro, al alcalde ya le han salido los primeros respondones. (No he sido yo, que conste). Los banquitos que jalonan la autopista todavía sin inaugurar -para eso están las elecciones ahí al lado- y ya sirven de medio de expresión del sentir ciudadano. Seguro que los han puesto para eso. Este alcalde es todo un demócrata.