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Bienaventurado el noble gremio de los barrenderos
... pues ellos encontrarán la paz. Siguiendo los consejos del gran maestro Surendranat Dasgupta, Mircea Eliade se pasó un tiempecito en una cueva de la India, en compañía de sus pensamientos, donde encontró la paz. Desde entonces, no le temió a la vida, pues en los momentos mas difíciles, una gruta, como un útero, le estaría esperando para abrazarlo cual hijo que regresa al vientre materno (no me imagino a un hijo de 70 kilos... dejémoslo). Otro que se tomó su tiempo para averigüar que toda persona tiene un lugar, en cualquier lugar, donde la paz lo invadirá, fue, ha sido y es, Carlos Castaneda, tras asimilar, con mucha paciencia y no pocas ingestas de peyote, las enseñanzas de Don Juan. ¡ESTÚPIDOS, IDIOTAS, QUÉ MANERA TAN TONTA DE PERDER EL TIEMPO!
En tan sólo 5 días dándole a la escoba en el departamento de Sanidad de N.Y., la flacucha esta encontró "esperanza mientras trabajaba allí", y no sólo eso, "encontré, no sé, PAZ". Esa es una persona que saca oro de sus experiencias. Le tira un móvil a su asistenta, la condenan a barrer, y este hecho es el punto de partida para encontrar la paz que unos pocos buscaron durante años y la inmensa mayoría no encontraremos nunca.
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Publicado por Javincho el 14 de Mayo, 2007, 18:51
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