María-Xarfiña ten un amor que é Curros. Eu teño outro que é Castelao. Podiamos cantar aquelo de "teño un amor en Rianxo e outro en... Celanova".
Vai a miña aportación ó día das Letras Galegas. Modesta e tamén irreverente. Como os lectores galegos teñen acceso a Castelao cando queiran, pero os castelán-parlantes non, e destes hai abondo tamén neste blog, para eles esta traducción dun conto de "Cousas" (traduttore, traditore –traductor, traidor-, que din en Italia) con permiso de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. A ilustración é do propio Daniel, e a foto é tomada dun exemplar editado por Galaxia.
Desde la ventana de la torre la condesita tiene sus ojos llorosos encadenados a la última curva del camino, por donde un día huyó su felicidad de enamorada. Con el gusano de los celos royéndole el corazón la condesita va muriendo poquito a poco en la ventana de la torre.
Y pasan días y meses y años, escudriñando en el camino el regreso de su amor. Y en una tarde de pensamientos melancólicos, recordando aquel beso que se dieron a hurtadillas, la hermosa condesita se murió de amor.
Así es como cantan las gentes la muerte de la enamorada.
Este sarcófago encierra desde hace cientos de años las cenizas de la malhadada condesita, y la leyenda que se cuenta de viejos a mozos cogió fuerza sentimental en el monumento de piedra, hucha misteriosa para todos los espíritus románticos.
Una vez fue abierto por los intelectuales de la villa y dentro encontraron huesos, trocitos de lienzo, polvo y... pepitas de cerezas para llenar dos tazas.
Por cierto que el médico, hombre de muchos anteojos y de mucha caspa en la chaqueta, le dijo al boticario:
- La condesita de lo que murió fue de un empacho de cerezas...
Hay hombres que no saben callar.
E para rematar, esta foto de María Mariño, a quen este ano se adica o día das Letras Galegas. Corenta e tantos anos festexando as nosas letras, e soamente tres mulleres. Hai estatísticas que son en si mesmas completísimos estudios sociolóxicos.

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