..Yo tampoco he sido, pero secundo la idea, no el acto en sí, que soy yo demasiado cívica para apoyar gamberradas.
A ver por qué no van a poder ir a la playa los pobres perros. Yo no digo que vayan en horario estelar, pero a horas tempranas o tardías, cuando no molestan a nadie, no veo por qué no. Están tan documentados, vacunados y pagan sus impuestos tanto como el que más. Pero claro, es más fácil resumir y colocar una señal de prohibición, ¿para qué vamos a entrar en consideraciones? Y como digo la playa digo otros lugares como jardines y transportes públicos. En muchas ciudades europeas se permite el acceso de animales a trenes y autobuses, con lo cual no obligan a sus dueños a tener que utilizar el transporte propio y le hacen un favor al medio ambiente.
Así como hemos de ser responsables de los irresponsables humanos que tenemos a nuestro cargo -léase hijos menores, por ejemplo- también debemos serlo de los irresponsables animales. Y quién no lo sea que se atenga a las consecuencias, efectivamente. Cada uno debe saber lo que tiene entre manos. Yo tengo claro que mi perra no es un arma de destrucción masiva, ¿por qué me obligan entonces a llevarla con correa y bozal? También soy capaz de discernir cuando molesta y cuando no; y cuando molesta, la ato. Y digo yo, que si incluso el tal dios nos concedió el regalo del libre albedrío, ¿quiénes son estos señores gobernantes para prohibírnoslo todo como si fuésemos idiotas? Dictar unas normas mínimas de convivencia está bien, pero atajar los problemas desde donde no los hay, me parece excesivo; esto es curarse en salud, señores.
A mí sí me parece que eso de la "educación para la ciudadanía" está muy bien, por lo menos en principio suena bien. Si hubiese más educación, tanto en humanos como en animales, tal vez no hiciesen falta tantas prohibiciones. Y no me refiero sólo al tema de los perros, por supuesto, sino también al de conducir, repetar la naturaleza, verter escombros, tirar basura al suelo, escupir en la calle, mear en cualquier parte, etc...
Resumiendo:
¡Exijo el derecho a decidir si molesto o no, a ser limpia, cívica y buena persona por voluntad propia! ¡No quiero subir a los altares por decreto! ¡Que me dejen elegir si quiero ser mala o no!
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