Pues sí, a pesar de los avisos varios y de que me llamaba mucho la atención ver en cada puerta de un Banco un policia con chalecos antibalas, nosotros somos muy aguerridos y lanzados y nos fuimos Nápoles adelante sin rumbo ni concierto y, buscando la calle de los Belenes:


Nos perdimos por callejuelas escondidas donde encontramos otras cosas con encanto:


En este patio interior habia un antiguo taller de un artesano belenista que estaba construyendo uno precioso, pero ponía que no se admitian fotos, lo siento.
Me encantó perderme por calles estrechitas y con la colada al sol

Me hubiera gustado fotografiar la escena que había debajo de esta colada, pero no creo que la Mamma, el pappa y los churumbeles que estaban sentados en la calle con sus sillitas de playa estuvieran por la labor.
Por supuesto cumplimos con lo que se espera de todo turista y visitamos también la Galeria de Humberto I
Y también la Catedral donde tenía que haber estado nuestra Bubeliña para narrarnos la boda a la que tuvimos ocasión de asistir: Invitados (muy pocos) con todas sus galas, ellos con unos floripondios en la solapa que ya los hubiera querido para sí la novia.
Pero lo mejor fué cuando hizo entrada la susodicha, que no podía llevar más cosas puestas: collares, pendientes, pulseras, tules, colas, adornos en el pelo.... Por llevar, llevaba una barriga de, le calculamos mi adolescente y yo, 9 meses pasados.
Nunca había visto una novia, tan vestida de novia y tan embarazadisima, con deciros que buscamos cámaras y todo por si se trataba de una peli...(No hay foto, aunque me hubiera gustado, intenté liar a mi rapaz, pero no se atrevió)
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