
Pues sí, amiguitos, efectivamente, se han acabado las vacaciones. Como no las disfrutaba desde el año 91, la verdad es que no me han llegado a nada, pero bueno, no me quejo.
Y ahí tenéis a Fara para dar fe de que hemos vuelto a casa y nos hemos dedicado a hacer turismo, cámara en mano, por nuestra ciudad. Por cierto, que me ha pasado una cosa curiosa y agradable de la que os iré dando cuenta -en fotos- los próximos días. Y es que una de dos: o toda la gente es mogollón de maja o me tocan todos a mí. Eso sí es tener suerte.
Siguiendo con las vacaciones os diré que, sin hacer nada especial, nos lo hemos pasado de maravilla, y que no me importaría seguir sin hacer nada especial otro mes más. Bueno, no, miento, sí hemos hecho algo especial: nos hemos dedicado a la restauración, es decir, a dar cama y comida a las cantidades ingentes de personas que pasaron por casa y que han hecho posible que no nos aburrieramos ni un segundo. Gracias a todos. Os esperamos el año que viene. O este mismo, qué carallo.
Que sepáis que se os ha echado mucho de menos a todos, pero ahora os dejo ya que quiero echarle una ojeadilla al blog, que si no llega a ser por Sergio que me tenía algo informada, me pierdo las noticias más importantes del mundo mundial. Por cierto, que Sergio pesca unas xardas que están de buenas... ¿No os había dicho que toda la gente maja me tocaba a mí? Pues eso.