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"Podéis destruir todo aquello que veis...
 ...porque ella de un soplo lo vuelve a crear, como si nadaaa, como si nadaaa". ¿Os acordáis de aquella canción? Pues ELLA es mi señora madre. A los 60 inició nueva vida. A los 62 inició nueva huerta. La semilla de un peladillo de frutería, sembrada amorosamente en una maceta prestada, da 8 años después estos hermosos frutos en la calcinada tierra de la estepa toledana, que por otra parte no es tierra sino arcilla. Alguna pista de su naturaleza podéis ver en la foto. De diciembre a mayo ELLA consigue hasta que tenga césped. Esa batalla la pierde cada verano, pero capaz es de acabar ganando la guerra.

Y este año... le encargó a mi hermano en una de sus visitas que le trajera coles gallegas para plantar. Sacha la tierra, las riega dos veces al día, protege la tierra con hojas de pino para ayudarla a conservar la humedad... Resultado: Hace meses que no se gasta un duro en verdura para el caldo o la sopa diaria.

Esta parra ya estaba ahí cuando ELLA llegó. Era un rumor que corría de boca en boca, pero que nadie había podido certificar porque los cardos de tres metros de altura y la avena salvaje de metro y medio, la habían cubierto por completo, igual que al resto de la parcela. Ahora está podada, atada, guiada, sulfatada. Y ya hay otras viñas de otras especies, albariño incluido, que ELLA misma ha plantado y que ya dan hermosas uvas. Como ELLA. Porque ELLA se llama UBA. Incluso ha hecho (manualmente) y ha bebido su propio vino. Este año no lo hará, dice; que sus antecedentes diabéticos han dado la cara finalmente y ha decidido cuidarse empezando por eliminar calorías superfluas ya que sus rodillas no le permiten hacer a tope los paseos prescritos (ya veremos si se cuida al menos un poco; porque es un as cuidando a los otros, pero no hace lo mismo consigo).
 Así se entra desde lo que antes llamaban patio (y ya era eufemismo bastante) y ahora todos llaman huerta. La adelfa de la derecha la plantó ELLA. La begonia de la izquierda también. El jazmín y el romero proceden de mi antigua y desmontada casa, y hay descendientes por toda la huerta. La mesa y las sillas del fondo las barnizó ELLA misma. En fin. No hay sitio para más. Pero más hay: un carballo que también nació de bellota gallega en mi terraza (orientada al sur, 50º durante tres meses, otro milagro) y que está guiando, podando y hermoseando, y cuya copa ya no puede tocar ni poniéndose de puntillas. Y olivos cargados de olivas, y perales cuyas ramas apuntala para que no las rompa el peso de las peras, y un cierre enteramente de hiedra que nunca había soñado semejante erial, y rosas, y lirios... ¡ELLA!
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Publicado por Bubela el 25 de Agosto, 2007, 1:06
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