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Vivía Pandorea feliz en una mata con sus hermanas, Pandoreas Bis. Estaba Pandorea fresca, lozana y encantada de haberse conocido, pues su belleza anonadaba a todos cuantos la veían al pasar por el camino.
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Una mañana de agosto, de tristérrimo recuerdo para la que esto relata, Pandorea apareció de esta guisa, invadida por tropas de bichorrios con pinta de pulgones. Ahora el futuro de Pandorea es incierto. Confiemos en que haya sido capaz de resistir los ataques enemigos. La próxima semana os traeré los resultados de tan desigual batalla. Amiguitos, recordad: la belleza es efímera. Si sois guapos, no os chuleéis demasiado. Los feos sólo podemos mejorar.
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