Aquí, en la España, no nos andamos con tantas sutilezas eufemísticas de pajaritos amigos de lo ajeno ni cosas por el estilo, como en la France. Aquí vamos directamente al origen del problema, el atracador, y le prohibimos taxativamente que ejerza tu actividad. Algunos hacen caso, reconvierten su vida y se flagelan diariamente para purgar sus culpas y cosas así. Otros también hacen caso y reconvierten su vida hacia otra rama de la profesión menos agresiva, como el timo, la estafa, la prevaricación y cosas más elevadas para las que se precisan estudios especializados adecuados.
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