Después de ver "la mujer rústica y el hombre de las orejas transparentes en la ventana" me acordé de que os amenacé con cienes y cienes de afotos del periplo más periplo de todos mis periplos.
Antes de pinchar la rueda y rascar el coche en Arlés ( eso aún no os lo conté por escrito,ya veremos... ) nos pasamos unos días en Cadaqués -el ayuntamiento que casi lleva mi nombre- recordando los tiempos en que mi contiguo y esta menda lerenda comenzaban la segunda parte de su relación, que,como veis, estuvo siempre sembrada de viajes a lugares ... como diría yo... no sé....

Pues eso, allí nos pasamos cinco días estupendos, de completo relax. Escogimos ese lugar no sólo por lo ya comentado sino también porque la primera vez que anduvimos por allí nos impresionó enormemente la figura de Dalí.

Recuerdo especialmente haber descubierto en Figueres algunas de sus obras más realistas. Me vienen a la cabeza una serie de lienzos que tenían al pan como protagonista.
De esta vez, sin embargo, nos dedicamos a otros aspectos de la cultura que sin ser tan renombrados, no son por ello menos gratificantes.
Este es un trocito de la casa de Dalí en Port Lligat. Aquí bajábamos todos los días a la playa.
Por todas partes hay alusiones al artista.
Y por último, aquí abajo, os muestro uno de esos "aspectos gratificantes" del restaurante Casa Anita. Si alguna vez pasáis por allí, no dejéis de visitarlo, es un clásico. Estaba tan bueno ese plato que repetimos un par de veces.
