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20 de Octubre, 2007
Para LuisB, nuestro futuro premio Nobel
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A propósito de ADNs, patos, sillas, morenos y premios Nobel...
Esta mañana, leyendo el periódico, me encontré con un artículo en el que hablaban de un amigo mío de la infancia -Luis Blanco Dávila- y, claro, pues me hizo ilusión enorme, porque lo que hace este señor no lo hace cualquiera. En el artículo dice, entre otras cosas, que lleva 25 años trabajando en Madrid, pero que es muy coruñés -vivía en San Andrés y su padre tenía una sastrería en Pontejos-, y a mí me consta que es cierto, porque viene siempre que puede. Así que, para él es esta Torre de Hércules mañanera, con sus gaviotas y todo.
Luis ya destacaba de pequeñito, pero no sólo en los estudios, destacaba en todo: tocaba el piano, la guitarra, la flauta, jugaba al baloncesto, al tenis, al ping-pong, nadaba mejor que nadie, hacía piruetas con mortales incluidos que no veas, hacía windsurf y sacaba notazas sin despeinarse y, encima, era guapísimo -qué ojos, qué pelo...- y tenía un cuerpo súper atlético en unos tiempos donde los musculitos no abundaban. Resumiendo, que las niñas lo adorabamos y los niños lo odiaban. La envidia, que es muy mala.
Su amiguérrimo de toda la vida -Nacho, el del restaurante japonés- ya me lo dijo un día: "Este chico cualquier día nos gana un premio Nobel". A ver si es cierto, porque va camino de ello.
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Publicado por María el 20 de Octubre, 2007, 0:04
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