Para desengrasar de la anterior foto de las plantas casicarnívoras que devoraban una fachada y casi un inquilino.
Y para darle a PiliB una vista más alegre que la que tiene desde su despacho, e impedir así que se deje hipnotizar por el tentador cartelito amarillo.
Y porque había dicho que iniciaba una serie de Gente en ventanas. Y porque menos mal que lo hice, porque hoy llevé mi camaruca a la tienda de camarucas y me la metieron en la UVI para al menos un mes. ¿Sobrevivirá? ¡Dios mío, un mes sin poder hacer fotos! ¿Sobreviviré yo?
Hala, ahí os va. No os digo dónde está esta ventana, porque no lo considero imprescindible. Y (máxima de guionista -y de otros entre los cuales también me encuentro-) lo que no es imprescindible, no es necesario.
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