Cuando era pequeña ( más que ahora ), me pasaba los días jugando, delante de casa, a hacer figuras de barro con mi amigo Rafa. El barro lo sacábamos de la tierra en donde pisábamos. Esa tierra estaba cubierta de arena, que habían traido de la playa, para que los hijos de ENSIDESA disfrutásemos de una especie de playa urbana en aquel maravilloso parque, que teníamos -justito- al pie de nuestras viviendas. A poco que escarbásemos, sacábamos barro a porrillo y con él hacíamos todo tipo de juegos. Rafina y yo nunca nos aburrimos y tampoco nos movíamos de allí jamás.Nuestras madres estaban encantadas.
Rafina era mi vecino y amigo del alma, era el único infante de mi edad. Su familia y la mía eran y son muy amigas. Los niños algo mayores que nosotros nos cantaban siempre eso de ... el novio y la novia se van a casar... Yo a él siempre le vi como al hermano que no tenía la suerte de tener ( fui hija única hasta los trece años ). Cuando mi hermana nació, él y yo fuimos sus padrinos de bautizo. Ahora Rafa vive en Fuerteventura y hace un par de años fui a hacerle una visita.