Pues eso, que sigo con mi periplo ambulante, coleccionando oficinas provisionales, y lo malo es que me está gustando tanto que no sé si voy a volver a acostumbrarme a la de siempre.

Y seguro que no os extraña nadita si os enseño la que tocó el viernes pasado.

Esto es lo que se veía desde la ventana

Y al salir decidimos cruzar la frontera para comer un rico bacallao á brasa y pasearnos por el país vecino.
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