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Pues sí, amiguitos, aunque no os lo creáis, estos desaprensivos siguen sin ponerme nombre formal y, claro, me llaman de todo: "nena", "chuqui", "mincha", "enana", "cosita", "tu perra" y cosas por el estilo.
Por si esto no fuese suficiente, ayer me llevaron a vacunar y el señor de la bata blanca me pegó unos meneos que no me quiero ni acordar. También me puso el termómetro. No doy más detalles, pero fue bastante humillante.
Yo sigo siendo muy buena. Sólo me quejo un poco cuando me despierto y veo que estoy sola. Lloro y ladro hasta que alguien me hace caso; normalmente Xarfita, que es un poco boba, la pobre. Después, juego un ratito y me vuelvo a dormir otra vez. Eso sí, el asunto de hacer mis "cositas" en el periódico fue el primer día; ahora se me olvida constantemente. Pero como están tan coladitos por mí y mis "cositas" son tan pequeñas, me lo perdonan todo.
Este amiguito con el que salgo en la foto me lo regalaron mis padres adoptivos siguiendo las recomendaciones del Gobierno de España. Que es un conejo, vaya, y tampoco tiene nombre. Como Fara no me quiere ni ver, me he tenido que buscar otras amistades, porque ya estaba empezando a ladrar sola y eso no es bueno para mi salud mental.
Bueno, os dejo, que me voy a dormir al colito de Xarfita, que estoy muy calentita. Ya os seguiré informando.
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