Mi lady Smith enferma: parte médico: pues que ha entrado en estado crítico. En la tienda se desentienden (qué paradoja semántica, ¿no?), que dicen que están hartos de lidiar con Fuji, y me toca lidiar directamente. Todo mu pofesioná. Luego se quejarán las PYME de que nos vayamos a las grandes superficies. Yo, desde luego, para la próxima, me voy. Volvía pues a casa cabizbunda y meditabaja, tratando de ver cómo sobreviviría tal vez para siempre sin ese tercer brazo y con uno de los que me quedan casi tan averiado como aquél ahora, cuando me dije: pues si no puedo hacer fotos me doy a la lectura. Que cada uno se evade con la droga que más a mano tiene y puede. Abrí el bolso y saqué el rollito de artículos que suelo llevar para metro y bus (pesan poco y puedes irlos dejando en los bordes de las papeleras para que otros los disfruten si quieren. Yo reciclo hasta las drogas). Durante años me leí el artículo del domingo de Marías antes que ninguna otra cosa. Publicase donde publicase. Ahora en el "otoño de mi vida", las hojas caen lentamente y sin ansiedad. Y la del domingo pasado cayó esta noche.
Aunque tengo fotos para parar un tren, me disgusta esto de no poder publicar alguna que acabo de hacer, porque este blog, como todos, tiene su gracia en el aquel de lo inmediato. Que por eso se llaman diarios y no memorias. Así que igual cambio de tercio, y empiezo a publicar algo que acabe de leer.
¿Por qué no empiezo ya?
Ahí os va un extracto del artículo que os decía. Se titula "No católicos sino catolicistas", y aunque como se puede deducir habla mayormente de la iglesia católica, habla también, como los buenos artículos, de la vida misma. La vida según Marías, que para mí es la vida sin más. Amo a Marías. Y como me gusta compartir a quienes amo, ahí va un extracto de lo que leí en el bus:
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"........"Nunca se debe intentar contentar a quienes nunca se van a dar por contentos".
................. estoy seguro de que ustedes se las habrán visto en la vida con alguna persona así. Habrán puesto paños calientes y tenido infinitas buena fe y paciencia con ellas, habrán procurado agradarlas y apaciguarlas, las habrán tratado con guante blanco ante su enorme susceptibilidad y su imparable exigencia …, y no habrán conseguido sino recibir reproches y broncas, se habrán sentido en insaldable y permanente deuda con ellas, habrán experimentado la desagradable e injusta sensación de que, por mucho que hicieran ustedes en provecho suyo, ellas no sólo no iban a agradecérselo, sino que lo iban a tomar como algo lógico y debido y además insuficiente. Son personas imposibles, desesperantes, con las que lo mejor que puede hacerse es romper todo vínculo y trato, no tenerlo malo ni esforzarse por tenerlo bueno (una quimera, esto último).............."
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