. . Es domingo y queremos ir de excursión, pero las condiciones meteorológicas no son demasiado favorables. Bueno, tampoco es para tanto, sólo llueve. A mí hasta me gusta; ya sabéis que soy un poco rara en este aspecto, y en otros muchos que no pienso desvelar.
Sí, es cierto, sólo nos acordamos de Santa Clara cuando llueve. No queda más remedio: hay que echarle huevos.
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