Hoy estuve por el centro de Madrid con unos amigos valencianos que venían aún temblando a causa de las tracas falleras, y buscaban un poco de paz. Costó encontrarla. Nos entregamos en cuerpo y alma a una actividad frenética: esquivar procesiones. Lo conseguimos a medias, porque resultó que no éramos los únicos que practicábamos este insólito deporte, con lo cual acabamos formando parte de otra procesión: la de los que esquivaban procesiones.XXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Pero entre partido y partido, fui encontrando momentos de relativa calma, y disparé unas foticas. Al llegar a casa me puse a verlas y descubrí que... el agnosticismo me persigue, pero yo soy más rápida. Mirad lo que fotografié, sin tener la menos consciencia de que estaba haciendo un reportaje monográfico.
Un caballero negro con alitas blancas que hacía de reclamo de una tienda; una mimo angelical en la Plaza Mayor; y un tercer ángel, descabezado, desbrazado y atrapado por el tobillo, para que no pueda volar ni hacia el jardín vertical de Caixa Fórum a su izquierda, ni hacia el Jardín Botánico, a su frente.

Este último os lo pongo en dos versiones. Una en la que da pena, y otra en la que da miedo. Igualito que el centro de Madrid en estas fechas.
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