Anoche le han dado el premio de teatro María Casares a la mejor actriz protagonista a Susana Dans. Por esa obra que vimos casi todos, "A Piragua", en la que el témpano que aquí suscribe acabó llorando. En el camerino Susana me miraba entre divertida, tierna y atónita. Atónita por ver llorar al témpano y por verlo en el camerino, una cosa que detesto, porque todo el mundo espera que le des parabienes, y yo no sé disociar, y me siento mal. A menos que esté sobrecogida por algo bueno. Era el caso. Mi incomodidad no es por ella. Nos conocemos como si nos hubiéramos parido, nos queremos como idem, y a ello se suma que Susana es la elegancia en dos patas, así que jamás me pide una opinión en caliente, ni siquiera con la mirada; pero en los camerinos o en sus pasillos siempre hay más gente. En este caso no había el menor problema en encontrar ninguna mirada interrogante a la espera de una opinión, porque no había nada comprometido que decir. La comprometida era la situación, para mí, porque, ya digo, estaba llorando.
Divertida, porque le estaba haciendo gracia verme en aquella situación absurda. Y tierna por eso mismo.
Así, entre saloucos, sólo le pude decir: "éste va a ser tu cuarto María Casares. Eres imbatible". Y así fue. No hacía falta bola de cristal.
Por cierto, yo me siento también premiada, porque su primer María Casares me lo dedicó. Me enteré por otros, como siempre. Pero desde entonces cada vez que veo en su casa las jarritas de Sargadelos con la cara de la ilustre señora... siento que si metiera una en mi bolso no sería exactamente un robo... Ayer no pudo hacer dedicatorias, porque no pudo asistir. Estaba enferma. Su modelito quedó colgado en el armario y ella en la cama tosiendo. Eso sí, hoy se hizo una matinal y en un par de horas se hará una sesión de tarde, con el espectáculo en el que está ahora. Como una campeona. Actuará como dios, no me cabe duda, y al terminar volverá a toser a la cama.
Me hubiera gustado poner una foto más reciente, pero esto es lo que encontré entre mis escaneos que aún andan a medias. Es de hace años. Ahí está ella maquillándose, mientras la peina una compañera de reparto. No recuerdo la obra, pero puede que fuera "O arce no xardín". Por cierto, la compañera de reparto es otra estupenda amiga, Luisa Martínez Pazos, que también está nominada a un premio de la Unión de actores para dentro de dos días.
Ahora que lo pienso... me gusta haber encontrado esta foto. La miro ahora de nuevo y se me viene a la cabeza de pronto una frase de Pessoa: "Tengo casas de campo en los alrededores del alma". No sé por qué...
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