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24 de Mayo, 2008
Solos de trompeta y saxo
Teatro en El Entrego, pues faltaría más, que para eso disponemos de un edificio para tal menester, coqueto, coqueto. "Solos de trompeta y saxo"( el título es sugerente en grado máximo), escrita y dirigida por Javier Villanueva e interpretada por el grupo Pausa. Antes de verla, busqué por internet alguna crítica y la encontré en el blog La vida no imita al arte; tras semejante opinión, no podía dejar de acudir a la cita. Una vez vista la obra, os vuelvo a remitir a la crítica antes citada por, cien por cien, veraz. Durante los primeros quince minutos daban ganas de tirarles tomates, pero, ¡Dios, es tan dificil actuar! Según avanzaban las escenas te ibas encariñando, no con los personajes, si no con los actores; prácticamente se veía el esfuerzo por llevar a cabo un trabajo bien hecho; y, dado que en la sala había tan sólo 22 espectadores de una población, San Martín del Rey Aurelio, de 19.000 habitantes que me producían verguenza ajena, y que la recaudación no pasó de 66 euros, 3 euros por entrada, tomé a los actores como a hijos mios en la actuación de fin de curso, hasta tal punto que, en algunos momentos, me dieron ganas de subir al escenaraio y abrazarlos con ternura. Me conformé con aplaudir al final, mostrando mi mejor mueca, digo sonrisa, sonrisa que vieron necesariamente pues éramos los espectadores más adelantados (quinta fila). Mucho ánimo, chicos.
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Publicado por Xbier el 24 de Mayo, 2008, 21:42
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Sueño
Esto del sueño es un misterio. ¿Para qué servirá, en realidad? ¿Por qué hemos de pasarnos un tercio de la vida desconectados? (me refiero al sueño de dormir, no al sueño de soñar).
Algunas mañanas de sábado me levanto a las 7 (hoy fue una de ellas) y nunca jamás consigo acostarme el viernes a una hora decente, así que los sábados como éste soy una réplica de cualquiera de estas dos mozas el día entero. No es nada consolador no ser la única. El metro o el autobús están llenos de gente bostezando. Dentro, en los andenes, en las paradas. Está claro que nadie renuncia a sus noches locas de viernes, te espere lo que te espere a la mañana. Luego, cinco horas sentada en una silla incomodísima de la que, por supuesto, me cuelgan los pies. Casi me alegro, porque eso me impide dormirme. Estoy rodeada de veintitantas personas con los pies en el suelo ¡que cabecean sin parar mientras un señor o señora cuenta cosas sesudas! Hoy, no sé si será la lluvia, era impresionante el panorama de compañeros haciendo la ola con los bostezos toda la mañana. Y me acordé de esta foto. Y también de cuándo doblaba al pitufo dormilón (que siempre hablaba bostezando) y del cabreo del técnico, que se contagiaba de los bostezos y no había mañana que no abriera el micro y se oyera en toda la sala su voz cabreada: "Cómo tengo que pedir que no convoquéis a Teresa a las 8 de la mañaaaana!" (escena siempre seguida por aquí la menda haciéndole una reverencia agradecida... e inútil). Hoy, en la clase mañanera, me hubiera encantado sacar la camaruca, decir ¿puedo? y disparar sin esperar la respuesta ni la pose digna, y ponerla aquí junto a ésta. Pero no me atreví. Mientras escribo esto trato de decirle que no a la cama que me llama a gritos (me levanto fatal de las siestas), y trato de encontrar interesantísima una película sobre una chica que quiere vivir la vida porque cree que va a morir en una semana. Pero la cama está ya a grito pelado. Creo que voy a calmarla un ratillo. Ñññas tardes...
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Publicado por Pedro y Bubela el 24 de Mayo, 2008, 16:44
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