Cuando vi esta foto pasaron por mi cabeza varias historias, a la misma velocidad que supongo que pasa la vida entera por la cabeza de quienes saben o creen que van a morir, o sea, a la velocidad de la luz. Recuerdo que vi una niña riéndose porque acababa de atisbar un regalo al otro lado de la ventana aún cerrada. También una niña con carita de vieja expresiva y ojos cerrados que era como el contrapunto de la cara del muñeco, sin muecas pero con los ojitos abiertos. Y también vi un muñeco casi humano mirando de reojo, con miedo y placer al mismo tiempo, el alborozo de una humana. Y vi, sobre todo, un misterio.
Todo eso pensé durante el segundo que transcurrió hasta que Pedro dijo: "¿Te cuento el making off?". Claro, le dije. Se había cumplido el principio filosófico-psicológico de que el cerebro humano siempre tiende a explicarse lo inexplicable. Principio que muchos autores olvidan, y acaban en fiasco por olvidarlo. Y un segundo es tiempo suficiente para la "revelación", la anagnórisis y esas cosas, que si se tarda más hay frustración en el espectador y tal y cual...
Y esta era la verdad: Iba Pedro larán larán larita con su cámara por un pueblo, y vio en una ventana a una niña jugando con un muñeco. Y se dijo: "¿qué pasaría si le quito el muñeco y cierro la ventana?" Y luego se dijo: "nunca lo sabré si no lo hago y dios me castigará con la duda eterna". Lo hizo. Le arrebató el muñeco, cerró la ventana, se retiró varios pasos rápidamente mientras la criaturita empezaba a llorar, enfocó... y ¡zás!
Ya, ya sé lo que estáis pensando...
Bueno, pues si no quiere quedar como... lo que estáis pensando, que cuente él lo que pasó después. ¡En penitencia!
Nota: Pedro ya tiene cuenta en Flickr. Ésta es: http://www.flickr.com/photos/26964220@N08/
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