
Querido Jaime: ¿Tú eres tonto, o qué?
Querido/a enamorado/a de Jaime: Mira que me cabrea a mí esto de pintarrajear paredes. Pero oye, en tu caso yo te libraba de la multa e incluso indultaba la pintada por siempre jamás cual anuncio de Tío Pepe en Sol o toro de Osborne en carreteras. Porque has corrido mucho riesgo físico y encima has tenido que correrlo tratando de que no te trincaran. Y eso, por amor, merece un monumento (o lo que es lo mismo, que dejen ahí tu monumento pa'los restos).
Ahora, también te digo: Ojito con Jaime. Porque si resultara que es un narciso... Voy a hacer un inciso, que rima con Narciso, para que me entiendas: es que mira qué casualidad: tan contenta que me quedé al hacer esta foto, hoy a la una y cuarto, como chiva el reloj de Telefónica. Esponjadita, feliz, cantando vivas al amor. Pero media hora después estaba en un autobús-coctelera leyendo la tontería del día. Yo llamo la tontería del día a recortes de prensa y legajillos varios de poco peso que llevo en el bolso para liquidarlos en los viajes en metro y autobús. Hoy le tocó el turno a unos apuntes sobre el TNP (trastorno de la personalidad narcisista), y de punta se me pusieron los pelos al pensar que tu Jaime podría encajar en estas descripciones, y que tú podrías estar siendo víctima de un amor tóxico, y que tu manifestación de amor podría a su vez ser para Jaime nada más que la egocomida diaria que su insaciable y en consecuencia frustrado ego necesita. O sea: también comida tóxica. Y mis cantos al amor y a ti se fueron encogiendo... encogiendo... porque Don Freud y otros secuaces estaban cañeros.
Verás:
"Esta es la personalidad de Narciso: aspira al desapego emocional, jamás establece un vínculo profundo, intenta no sentirse vulnerable, desarrollar independencia afectiva, vive solo o aspira a hacerlo, teme tanto a la decepción que prefiere apoyar el cool sex y las relaciones libres, condena los celos y la posesión, busca la indiferencia y el desapego al otro con tal de no salir lastimado. Su vida sentimental no existe, no debe ser expresada, huye de cualquier expresión de afecto que lo muestre débil frente al otro, que muestre sus heridas, que lo exponga, que muestre su escisión, su atomización. Cualquier signo sentimental que enseñe al otro la horripilancia de su debilidad debe ser derrocado. Sin embargo, sigue aspirando a las emociones fuertes, a la intensidad emocional, pero cuanto más intensa es su espera más breve es la duración del milagro fusional. Esta es la cruz eterna de Narciso. Un ser que lo ha dejado todo, que se ha alejado del mundo para buscarse a sí mismo, para tener todo, para ser todo y que sin embargo, no puede serlo sin el reconocimiento incesante del Otro".
A veces Narciso llega a un diván. Y entonces "ante la sorpresa de este hueco inmenso dentro del sujeto, el analista no puede más que exclamar: ¡si pudiera al menos sentir algo!".
"Toda esta trastocación de los valores del amor y la sexualidad, arroja al individuo a los brazos de una insaciable soledad que por un lado busca y por el otro rehuye. No le importa el otro, es cierto, está demasiado embebido en sí mismo, pero su narcisismo no lo equipa tan bien como para superar el deseo de ser amado por el otro. Su mismo narcisismo implica la necesidad de ser reconocido por el otro para sentirse pleno, satisfecho y feliz consigo mismo".
"Se ha sugerido que el TNP puede estar relacionado con mecanismos de defensa de la persona frente a la vergüenza. Evita compartir pensamientos y sentimientos "vergonzosos" con los acompañantes o personas significativas por temor al rechazo".
¿Entiendes, enamorado/a de Jaime, que me preocuparas de repente? Ando yo últimamente liada con el tema de los espejos de Narciso y de los narcisos sin espejo (e incluso estos me persiguen -los espejos, no los narcisos-; hasta tal punto que ayer compré dos libros para regalar. Dos libros iguales para dos personas distintas. ¿Sabes cuál elegí, pese a no tener nada que ver el libro ni sus receptores con narcisos ni espejos? ¡Pues un libro que se titula "Espejos"! ¡Mierda de sincronicidades!). Y el caso es que cuando pensé que podías no ser más que el por fin espejo de un Narciso sin espejo, me entró una pena loca.
Ojo, te digo, porque Narciso a menudo "toma cualquier objeto que le permita sobrellevar su miseria, y dice: en lo sucesivo la vida me sonreirá; de ahora en adelante amaré cualquier destino; ¿quién tiene deseos de ser mi destino?".
Ahora no encuentro la cita, pero leí también que Narciso sólo quiere que hablen de él, no le importa si bien o mal. Lo único que le importa es que su nombre esté correctamente escrito. Y ¡ay! otra vez los pelos de punta. Porque tú escribes francamente mal tu declaración, pero no yerras una letra en el nombre de tu amado... y... si resultase ser esto que me temo (que ojalá no) ¡menudo pedazo de espejo le acabas de proporcionar. A toda página en el mismo corazón de Madrid! Y tal vez eso no le hará bien. Aunque, por otra parte, ¿por qué habría de hacerle bien? ¿Te sentiste bien tú enarbolando tu amor aunque no sea más que espejo? ¡Pues ya está! (me acaba de dar un brote de optimismo).
(Uy, ya me viene otra vez el brote de pesimismo): que ojo, querido/a enamorado/a con acabar siendo el espejo de Narciso/Jaime. No vaya a se que sea el mismísimo Narciso redivivo, castigado como aquél, por no saber amar, a mirar eternamente su imagen reflejada en el agua hasta que se suicida arrojándose a ella "y después es transformado en una planta que da unas flores muy bellas, de olor nauseabundo y estéril fruto...". A menos que... a menos que... ¡pero eso es otra historia, y continuará en otro autobús!
Ojalá Jaime te merezca, de verdad te lo digo.
Ojalá mañana podamos leer ahí debajo: "Yo también TEKI".
Dos almas salvadas de golpe.
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