
España en la final de copa, ¡por fin!
Siguiendo las indicaciones de MariXarfa, he sacado el güisqui. Esto es lo que hay, lo siento. Es un culín de una botella que contenía otro culín que trajo una amiga hace dos años, porque se mudaba de casa y no sabía que hacer con el culín (por eso no para de mudarse de casa)... Ahora queda un culín más pequeño, porque el resto se fue evaporando.
Que digo yo: ¿tanto hace que no tengo nada que celebrar? A ver que repase... etfg, tpnd, %&/... ¡pues sí! Tanto debe de hacer.
No importa el historial del pobre güisqui, que ni marca tiene, porque ya Caqués ha sacado una botella de Moët Chandon y ya se la está puliendo con una marabunta de festeiros (léanse comentarios que a tal hora se están publicando en el artículo anterior).
Mientras esto ocurre y esto publicamos, Buenafuente dice que "los rusos acaban de irse a descansar a Siberia D'or, ciudad de vacaciones". Y me dio una penita... Nunca he disfrutado yo mucho de las victorias deportivas, porque siempre pienso en los que perdieron. La ventaja que tiene esto es que tampoco sufro mucho con las derrotas.
Para olvidar que los rusos perdieron (ejem) y ya que no tengo en casa con qué celebrarlo, me voy a la taberna, una que tiene unas especies de Venus en la puerta (mucha Venus se ha colado en los artículos de hoy... ¡otra sinconicidad!).
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¡Vaya! Me he enrollado tanto que he llegado tarde. ¡A la taberna también!
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