Últimamente veo espejos en muchas de las fotos que veo. Supongo que es porque veo fotos buenas, y con ellas pasa como con la buena literatura o el buen (lo que sea) arte en general. Es decir: uno encuentra siempre ligaduras con ellas, siempre te aluden. Yo creo que eso es el rasgo principal de un clásico, sea cual sea su especie. Pasan los años por ellos y por ti, los siglos incluso, a veces, y siempre te alcanzan, te cuentan a ti mismo, en alguna parte. No siempre la misma, y no siempre igual. Pero siempre son espejos. Es un misterio y a la vez un dogma. Lo creo de verdad.
Total: que estaba yo repasando una carpeta en la que mi churumbela va metiendo fotos, empeñada como anda en que mis ojos vean lo mismo que ven los suyos (más rica ella...) y me encontré con dos consecutivas que son éstas que aquí os van. Una vista de un lago-casi-mar paradisíaco...

... y las huellas de los impactos de metralla en las fachadas de un pueblo cercano. Heridas de guerra junto a las flores.
Ambas son de Croacia, de hace un mes.
No creo que llegaran nunca estas fotos a ser exactamente "clásicos". Pero ahora mismo se han comportado como tal. Es decir: me sentí ante un espejo.
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