El artista pretende ilustrarnos sobre la relación que se establece entre fondo y forma, la tenebrosa lectura de una intencionalidad de desconcertante ambigüedad. Estamos ante una ocupación espacial, una invasión, constriñendo el espacio, en un sentido ámplio aunque acotado, de un todo universal aunque delimitado.
La obra, entra de lleno en la amplia panopla de otras obras afines, en donde, el abundante número de significados nos llevan, irremediablemente, a un número mayor de incógnitas, pues es la pretensión de esta reflexión crítica de nuestra sociedad, el juego escondido a la realidad, que no otra cosa es lo que estamos viendo.
Familiares objetos descontextualizados...
¿Pero de qué vas, flipao? Que por culpa de la crisis he tenido que vender la araña del salón y he puesto una bombilla de Alcampo, flipao, que eres un flipao. ¡Que es una puta bombilla!
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