. Sí, amiguitos, existe y se llama Guillermo. Yo me lo encontré así, en las nubes, meditando (yo, meditando yo) en la Curota. Una señal, sin duda. ¿No me notáis más mejor últimamente, así como más santérrima? Influencia celestial.
¡Ah!, y podéis pedirle lo que queráis, que os lo concederá gustosamente a través de su tutor legal en la Tierra.
.

|