Alguien me dijo hace unos días que yo siempre estaba de vacaciones y como ya estoy harta de negarlo, le dije que sí, que era cierto. Acabo de volver de mi primer crucerito y juro que, si la salud me lo permite, no será el último. La experiencia es inolvidable y quedan unas ganas enormes de repetir. Me acordé mucho de Pilib, sobre todo a la hora de dormir porque ella me dijo que en un barco se duerme mucho mejor. Esta noche eché de menos que las olas me acunasen ... Mi mamá, a la que tenemos aquí abajo en una foto avistando la isla de Capri mientras se sujeta la pamela, se despidió de la tripulación "hasta el año que viene" y he de confesar que yo lloré un poquito al llegar a puerto... pero no fuí la única.El sábado me vuelvo a marchar durante un mes. De esta vez comenzamos en Cerdeña, pero no sé en dónde acabaremos. Ya os contaré.
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