Iba yo paseando recientemente por la ciudad cuando de repente -ante mi asombro y el del público en general allí congregado- apareció ante mis ojos, como caída del cielo, una figura humana vestida de blanco y pantalones vaqueros... ¿he dicho humana? pues sí, eso parecía... Sin embargo no lo era, que no era humana, no, no, no. Un reportero dicharachero que de casualidad me acompañaba, le hizo la fotografía de rigor, tras lo cual pude intercambiar unas palabras con ella y decirle que me recordaba mucho a un gran amigo... Mi sorpresa fue mayor cuando me confirmó que ella era ese amigo, precisamente. No me lo podía creer. Acababa de llegar del mundo de las caricaturas y se encontraba en la cola del paro para inmigrantes, o eso creía al menos. Al parecer, mi amigo le daba poco trabajo, solamente labores de representación casi simbólicas en un par de sitios y nada más. Ni tan siquiera le permitía cotorrear un poco en el facebook o labores similares, no, solamente la tenía allí colocada como si fuese un cuadro y punto. Así que había decidido apuntarse también a otros trabajos para poder ganar para el tabaco de pipa y llevar el chaquetón de marinero al tinte, que últimamente se había dado cuenta de que con los años había perdido color. Le di un abrazo grande para despedirme y todas las bendiciones para que consiguiese lo que necesitaba, además de prometerle que os lo haría saber. Así que aquí queda dicho. Advertencia: si la fotografía molesta a alguien, que me lo diga. Gracias.
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