Enviado por Bubela (
Contacto, Página)
Fecha: 20 de Febrero, 2007, 20:51
¡Santo Dios! ¿Sabes lo peor de estas cosas? que a veces resulta que tienen valor. Heredar no quiero, gracias, es que... no tengo sitio material, ¿me comprendes? Consejo: si vale algo, véndelo. Si no vale nada, tropieza con él. Si no te atreves a hacerlo tú, coge a uno de esos gatos callejeros y enciérralo un rato en la habitación del "innombrable".
~~~
Enviado por María (Contacto, Página)
Fecha: 20 de Febrero, 2007, 20:57
A ver que lo piense... Ay, pues va a ser que no. Agradezco, no obstante, tu generosidad y espero que dios te lo pague. Yo digo como Teresa, que no tengo sitio. Es una disculpa socorrida y que no hiere sensibilidades, ¿no?
~~~
Enviado por PiliB (
Contacto, Página)
Fecha: 20 de Febrero, 2007, 21:01
Lo de poner la pieza en un lugar de paso rezando para que los gatos tropezaran con ella ya lo intenté con un jarrón que unas compañeras me regalaron cuando me casé(no podía esconderlo, venian a casa de vez en cuando), ni tampoco cascó cuando tuve al niño y empezó a andar. Se le rompió a una amiga que venia a cuidar a los gatos cuando estábamos de viaje. Un disgusto si vierais...
~~~
Enviado por Javincho (
Contacto, Página)
Fecha: 21 de Febrero, 2007, 16:49
Para este tema me remito a mi post de "De la muerte y los libros".
Jo, que guay, parezco.... y yo qué sé a quién me parezco si apenas sé quién soy.
~~~
Realiza un comentario
Regresar al artículo |
Inicio