¡Qué susto! en un primer momento me pregunté ¿de qué conocías tu a Amparo?
¡Dios mio! ya no sé si este comentario es críptico o si debo aclararlo!

Oye, Javier, ¿te acuerdas de la Amparo del 2º de casa de mi madre? Más vale que no fuera de ella, porque si no, viene del más allá y le arranca los ojos a bocados. ¡Qué medo!

Oye, será de Amparo la radio? pues a ver si va a ser de Amparo...

Creo que esta vez no debes aclararlo. Voy atando cabos.

Que bien, cómo me gustaría darte un abrazo.

¿Tanto valoras que no te hagan hablar? Bueeeeno, tomo nota. Me mediré en las preguntas. A ver si puedo.

Sobro?

¡Nunca! Aquí no sobra nadie. Escribid, escribid, malditos, que sois mi consuelo. Lo único que aquí sobra es el 90% de los palabros que dice el personal cuando habla y que yo estoy tratando de convertir en publicable (ahora mismo estoy con la parrafada de un exministro, pero he de decir que es un tipo estupendo, majísimo, muy listo y muy buena gente... y un poco jefe en este minicurro que tengo, ¿comprendéis? es que no hay letra pequeña aquí en los comentarios... esto... espero que no tenga tiempo este amor de hombre de entrar en este magnífico blog... uy, que me lío, ya no sé a quién tengo que hacerle la pelota). Bueno, que no sobra nadie, que de vez en cuando me saturo y entro a ver qué os contáis. Así que, repito, aquí no sobra nadieeeee.

Creo que el obrero está enamorado de....Amparo!

Incluso obsesionado.

Podría ser. Pero hay un dato sospechoso: entre tanto "homenaje" se cuela una frase que por única vez no es "Amparo", sino ésta: "Esto es de Amparo". Si fuese una declaración de amor (de hombre a mujer, y no de mujer a aparato) pondría a continuación "y yo también soy de Amparo", o "Amparo es de Gregorio". Digo.
Pero ya digo también que me niego a averiguarlo. La cosa se va a quedar reducida a las hipótesis, me temo.

Puede que Amparo siga siendo su amor, le haya prestado la radio y haya escrito que es de ella porque con tanto amor es posible que se le olvide devolvérsela. Además creo que utiliza la radio como fetiche. Yo le diagnostico de .... amparanoia?
Y me voy a la cama, ni se te ocurra escribir nada más por hoy vale?

¡Ostras! vamos a ver, estoy dispuesto a responder a todas las preguntas y, si hay alguna que no respondo, se la haces a Caqués que seguro no tendrá pudor alguno en dejarme por los suelos. Lo que no valoro en absoluto son los malos rollos por malentendidos que, como hombre que soy -Pffff (Paro, ¿a tí quién te dio vela en este entierro?)- mi neurona no llega a comprender.
Vaya lio, la hora de la siesta no es el mejor momento de desfacer entuertos.

Tienes razón. Hablamos cuando te despiertes de la siesta, que es estupenda para afilar ironías blancas (porque aquí sólo usamos armas blancas, ¿no?). Felices sueños. Yo sigo tratando de que nuestros políticos parezcan Castelar. Ardua tarea. Y mientras mi casa sin barrer (literal).

Qué malos rollos?

Genial.

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