¡Oé, oé-oé-oé! ¡Mi más sincera enhorabuena, preciosa! Y dale mis condolencias al Culito Respingón, que le harán falta.

El culito ya se fue para cama medio mosca, vamos, que lo que llevaba detrás de la oreja era un B52 ... En fin, qué le vamos a hacer? la tecnología y él son claramente incompatibles.

Y no cantemos victoria que creo que el problema es que el router bebe en mi ausencia y se me cuelga, anda colgao casi todo el tiempo. De hecho es un milagro que ahora funcione. Mañana vuelve el técnico.

Me encanta la imagen del router bebiendo a escondidas.
Lo de mi garganta no tiene precio. Porque está tan chunga que de la farmacia me mandaron al médico... y ya sabéis que esto en mi caso es un sainete asegurado. Sainete de toda la mañana llamando inútilmente (nadie levanta ese teléfono) para pedir vez, y sainete de tres horas, tres, en la sala de espera de un médico que ya lo quisiera para su inspiración Groucho Marx, y que sin embargo dice cuando yo por fin entro: "qué gente más rara hay en este ambulatorio". Tan espantosamente aprofesional, pero tan delirantemente original era todo lo que allí pasaba, que el gentío acabó agarrado a la barriga y llorando. No del dolor. De la risa.
Ya dentro, y tras su frase de bienvenida y unos 10 minutos impagables que invirtió en ponerse unos guantes sucios que sacó del bolsillo de la bata de entre otra docena de ellos, decidió que no tenía nada en la garganta. Tuve que convencerlo de que hasta yo misma me veía unas hermosas placas... y finalmente, tachán, conseguí la ansiada receta. Luego tuve que convencerlo de que lo que me recetó era para cuatro días y no para diez, se tomó otros minutillos para hacer sus cuentas mentales mientras miraba, ora la receta, ora al vacío, y movía los labios en silencio. Esto fue el último cuarto de hora. La 2 horas 45 anteriores... eso... no hay caracteres bastantes ni aunque la bossa los vuelva a multiplicar por tres.

Pero mira, tú pa qué vas a los médicos? que vayan los médicos a ti a ver si aprenden algo, muhé!. Al menos te echaste unas risas y esa ya es una buenísima terapia.

Pues sí. Porque yo no quiero ir al médico. De hecho cuando en la farmacia me negaron los antibióticos y me obligaron a ir al médico juro que me fui por la calle con ganas de llorar.
Pero luego... mira,
en este mundo traidor
nada es verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.

Uy! lo que has dicho, Bube, me has mentado lo que me tenía cuasivedado ya que ayer nuestro amigo Punset nos vino a contar que el darle muchas vueltas al coco sobre el mismo tema afecta al sistema límbico, reduce un 20% no se qué carallo! y que eso además provoca al Alzheimer. Vamos, que el stress es maligno maligno malignísimo. Y tú aquí a vueltas con lo de la verdad, la mentira , la relatividad... todas esas cosas en las que no debo pensar pero que justo estoy leyendo en este momento... Muy interesante, ya os contaré. Casualidades? no, sincronicidades.

A mi me encanta ir a ver a mi doctora, es cariñosa, se para un montón y muy divertida. El jueves había la clásica discusión: "se para tanto con cada persona" "si pero si no se para, también protestaríamos" Habia un abuelete que decía que en lugar de poner los nombre en la lista, tendrían que poner a uno de los bedeles a darte un número según entraras por la puerta y después, en cada consulta, un número luminoso estilo carnicería". Bueno, asi estaban dilucidando lo mejor cuando me tocó entrar a mi y me dice Rosa (mi doctora) ¿Hay algún jubilado no? Me encantan los jubilados, ten dan unas ideas cuando entran..
Y lo bueno es que seguro que es cierto que los escucha y que aún encima, les dará conversación sobre el tema.
Bubela: En la Villa y Corte ¿no se puede pedir cita por internet? Porque en el Noroeste si, y es comodísimo

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