Supongo que la gente participará, pero esto, ¡es dificilíiiiisimo! Si la gente ni publica lo primero que se le pasa por la cabeza, imagina tener que dedicar un esfuerzo a hilar.
¿Ves? Yo ahora no puedo, por ejemplo. y sin embargo sí puedo escribir esta chorrada.
Bueno, ánimo, muchachos, que puede ser divertidísimo.

¡Otra sincronicidad! La idea a la que hice referencia hace no sé cuánto iba de esto, de montarnos un relato comunal, pero, a poder ser, con algo más de una frase, o no, daría igual. Hay que estudiarlo detenidamente. ¿Os acordáis de un artículo de hace mucho, mucho tiempo, en el que empezamos hablando de la casa encantada de Javier, seguimos con las escaleras imperio, el concertino, la tuerta...? Pues algo así, pero mucho más largo.

Hablando de burros, ayer venía un reportaje en una de las televisiones, que estaban de fiesta en un pueblo y la fiesta era comer "BURRO A LA MESA", aparecían con una camiseta negra y sobreimpresionado sobre la camiseta un burro con grandes orejas en color rosa. Se decía que se había constituído un grupo ecologista en contra de eso, y entrevistaban a diferentes paisanos comiendo burro y estaban encantados, decían que era como la ternera o el cerdo.¡Ver para creer!

Leía un día de éstos lo siguiente sobre el significado de una expresión según GRATINIANO LOZANO:
¡Qué tendrán que ver los cojones para comer trigo!
En caballería se utilizaba un macho es decir, un mulo (o burro no capado). El diálogo transcurre así entre un padre y un hijo:
-¡Chico! ¡Que el macho se está comiendo el trigo!
- No es macho, que está capao.
- ¡Bastante tienen que ver los cojones para comer el trigo!

Ahí va un chiste:
Un tipo más bruto que un arao se casa con una de su mismo pueblo, que tiene fama de ser aún más corta que su amado. Se van de luna de miel y vuelven todos cabreados, así que sus amigos, pensando que quizá el matrimonio va mal, les preguntan...
-Qué, ¿cómo os fue el viaje?
No se os ve muy contentos.
-Como para estarlo. Ya ves, fuimos a Venecia y estaba todo inundao.

Vaya, yo siempre había creído que un mulo es el resultado de un cruce entre caballo y burra (o viceversa), y que, por esas cosas de la naturaleza, que se blinda a veces ante lo raro, es un animal estéril. Estéril, que no capado. Quiero decir: estéril sin necesidad de estar capado. De nacimiento, vaya. Tendré que revisar si esto es así. Lo que está claro es que un mulo y un burro no son la misma cosa, ni aunque los veas a 300 metros.

Los del último chiste son tan burros como los que se comían al burro en la primera noticia. Aunque, bueno, ¿si ellos son burros por comer burro, nosotros somos cerdos por comer cerdo y etc...? ¡¿Somos lo que comemos?!

Yo diría que no, hay mucho burro y mucho cerdo andando a dos piernas y que no han probado ni lo uno ni lo otro. G. Busch seguro que nunca probó el burro, y Bin Laden seguro que nunca comió cerdo.

Pues ya me dejas más tranquila, porque ya pensaba que a fuerza de comer vaca, me estaba poniendo como una ídem. Y sí, también me gusta el queso de cabra.

Hay un pueblo en Málaga llamado MIJAS donde el burro es el rey, se alquilan como taxi: BURRO-TAXI. La parada está al lado de una hermosa hermita: "La Virgen de La Peña", que está labrada en una roca y es a la vez un mirador. Mijas pueblo está al costado de una gran montaña que está por detrás y desde donde se divisa una extensión enorme de costa malagueña. Cerca de la parada, en una especie de remolque de un coche hay un museo de la miniatura, en esos donde en la bolita de un alfiler está labrado todo un paisaje o una población.

Vida extraña para un burro, la de este burro Resabío. Estará feliz en el cielo de los burros, donde está vedada la entrada a los asnos.

Oye, Sergio, hace unos días vi una fotografía de mis padres en Mijas, en el Santuario de la Peña, de donde acaban de llegar de vacaciones. Hasta entonces nunca había oído hablar de ello. Qué sincronía la nuestra!!

Eso de seguir el comentario del dichoso burro, eso es para profesionales.
Ahí va unas líneas para desconectar un poco:
En un museo moderno, un listillo está explicando un cuadro a varios turistas...
-Esto es un amanecer, como indican sus colores cálidos, su textura mágica...
-Oiga, eso es un atardecer.
-Mire, yo he estudiado en Cambriidge y Harvard, y le aseguro que es un amanecer.
-Pues mire, yo conozco al autor y no se levanta temprano ni para cobrar el paro, así que seguro que es un atardecer.
P.D.: ¡Qué calor!. Hoy aquí en el Oeste de Galicia los termómetros marcan ahora por la tarde 30º.

Un relato (MIKE):
"Un hombre estaba acostado en su cama, le quedaban pocas horas de vida, de repente huele el aroma de los tamales recién hechos, fresquitos, siendo que para él no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras, y dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de maíz, carne de puerco y de pollo que desde la cocina emanaba. Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales y toma uno, viendo que sus esfuerzos habían valido la pena, cuando, repentinamente, siente un fuerte golpe en la cabeza que merma sus facultades y lo hace presa de la debilidad en sus piernas. Tratando de no desplomarse al suelo hace por voltear la vista, alcanza a ver a su mujer con un cucharón de fierro en la mano, diciéndole: ¡Ni se te ocurra cabrón, son pa´l velorio).
(Publicado por A. de Miguel).

¡Tenía toda la razón la pobre señora! Te lo digo por experiencia. ¿Tú sabes lo que jo... roba estar haciendo filloas, por ejemplo, y que algún gracioso te las vaya comiendo? ¡No, hombre, no! ¡Hasta ahí podíamos llegar!

P.D.: Intenté meter el chiste anterior en el cuento del burro, pero no me funciona el sistema. Lo siento.

Unas gotas de humor a través de las historias que se cuentan en sobremesa: LA AMISTAD ENTRE MUJERES: "Una mujer no llegó a su casa una noche. Al día siguiente le dijo a su esposo que había dormido en casa de una amiga. El hombre llamó a las diez mejores amigas de su mujer. Ninguna sabía nada del caso". LA AMISTAD ENTRE HOMBRES: "Un hombre no llegó a su casa una noche. Al día siguiente le dijo a su esposa que había dormido en casa de un amigo. La señora llamó a los diez mejores amigos de su marido. Ocho confirmaron que había dormido en casa de ellos, y dos de ellos isnsistieron en que todavía estaba allí y que no se preocupara". En donde se demuestra, una vez más, que el lenguaje no solo sirve para transmitir información sino para ocultarla.
(A. de Miguel).

A mi tampoco me deja publicar nada. Espero que el comentario sí.
Les mandé una notita a los de zoomblog a ver qué pasa, pero no podré comprobar si surtió efecto hasta el lunes.
Si alguien se conecta que copie y pegue lo siguiente en esta historia del burro:
Les contó que hacía mucho tiempo, se había dejado llevar por el mal sentimiento de la envidia y como consecuencia de ello, había provocado que una maldición gitana cayese sobre él. Por esa maldición debería reencarnarse -y una protuberancia iba asomando y creciendo en el medio de su frente- eternamente en las más variadas criaturas de la realidad y de la norealidad hasta alcanzar la perfección.
Mientras esto les contaba, fue cambiando de color y convirtiéndose, ante la mirada atónita de los oyentes, en un grandioso unicornio azul, que alzó el vuelo para siempre.
Cuenta la leyenda que volotrotó hasta islas desconocidas para nosotros, ya que desaparecieron en la era del petróleo y el cambio climático, hace miles de años, bajo las aguas provenientes de los deshielos glaciares.
Recientemente, en una de nuestras arriesgadas misiones desde nuestro planeta a la Tierra para conocer los orígenes de la humanidad, se han rescatado del fondo del océano unos pequeños discos metalizados que podrían demostrar la existencia del unicornio azul.
Así que Resabío tuvo ocasión de acumular experiencias y sabiduría a lo largo de sus numerosísimas vidas.
También había sido Rey en Egipto, en donde se hacía acompañar de su perrita sagrada "Faraona" (más conocida como Fara)

Nada. No hay manera. Ayer intenté continuar el cuento y no hubo manera. Ahora copié y pegué el tuyo... y no le da la gana de guardarlo.
El burro está hasta los mismísimos de nosotros, me temo, y nos está boicoteando desde ese cielo por el que lo hemos dejado revoloteando.

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