Lo del pobre del escupitajo... Seguro que fue un@ a quien le había caído encima el escupitajo anterior, que le echó una maldición.

Acabo de leer esto muerta de la risa y de patetismo y de culpabilidad por morirme de la risa de que otro se muriera compitiendo de semejante manera...
Mi amiga, a la que leo la noticia a voz en cuello y luego comunico mis cuestiones morales sobre mi falta de compasíón y tal, desde la cocina, interrumpiendo su dúo de la creación (que canta sola, porque no nos hemos tráído al barítono-Adán) dice, a voz en cuello también, que a ella ni risa le da de estúpida que es la muerte, aunque más estúpida le pareció "la de aquel señoriño al que se le cayó encima el tejado mientras se beneficiaba a una gallina" (sic).
Regreso a casa surreal. Gracias por la parte que os toca.

Pues sí, la verdad... reirse de esto... y hacer chascarrillos está muy pero que muy feo...

¡Animalito!

Lo de las meadas es contagioso. Me acuerdo que ibas en pandilla haciendo marchas de montaña, se ponía uno a mear, e inmediatamente todos a una a descargar. Ahora se aprecia perfectamente en el fútbol, algunos no hacen otra cosa que escupir, y ¡que manejo tan variado de técnicas!. Cuando vas por la calle algunos practican el sano principio de "lo que no está prohibido, está permitido"; si te descuidas te estampan un espectacular lapo y como si nada. Sólo en contadas ocasiones va acompañado de una trompetería previa con regurgitación incluída, ¡qué ascooo...!

Lo de las meadas y los escupitajos, aparte de ser una gran guarrada, sí está prohibido, por lo menos aquí multan (eso dicen).
Mi madre para lo de las meadas tiene una maldición gitana: "A todo cristiano se le seque lo que tenga en la mano". A ver quién se atreve a desenfundar.

Todavía me estoy riendo de la maldición gitana: sería custión de explicitarlo en carteles vistosos en lugares donde se practica el "botellón" ¡cómo queda el lugar despues de la batalla!.
Hay ciertos lugares donde los perros siempre van a hacer sus necesidades levantando la patita, allí suelen poner una especie de polvo verde que dice que al contacto con la humedad le da una descarga eléctrica y claro interrumpe su larga y cálida meada.
Otra cosa que se hace habitualmente es el escupitajo de los chicles, que desagradable pisar uno, se rememoran al instante todos sus muertos.

Hombre, el polvo verde imagino que será azufre y no creo que dé descargas eléctricas, más bien humeará con cheiro a Satanás. No sé, habría que estudiarlo. Como yo tengo perra, no he tenido ocasión de comprobar qué pasa.

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