Fotaza. Ahora me dices que sobre ese caballo iba tu GPS y tú en otro, y ya los dientes me baten en el suelo para siempre.

Pues no, si vas al enlace verás que otro caballo mantenía a distancia a mi gps.

Ya veo. Ni me había dado cuenta del enlace. Estoy cansadísima y peleándome con un texto que me mandaron a cachos y donde se hacen referencias a cosas que dijo gente que no aparece. Así que además de hacerlo digerible tengo que disimular... como que donde dijeron digo dijeron Diego o mejor, no "dijieron" ni mu a ver qué opinan los señores ponentes-fantasma cuando lo vean...). Y mañana madrugón (bueno, en un ratito ya).
Oye, lindos paseos. Y fantásticas fotos de ellos. Muchos besos a ambos. (no a los paseos y a las fotos, sino a ti y a tu GPS).

¡Bellos parajes, y qué envidia!
M.A. TABOADA narra la siguiente historia:
Todo el mundo recuerda las palabras que pronunció el astronauta Neil Amstrong al pisar la Luna: "Este es un pequeño paso para (un) hombre, pero un salto de gigante para la humanidad". Lo que no se cuenta tanto es lo que añadió cuando entró otra vez en el módulo: "Buena suerte, señor Gorsky". Los de la Nasa pensaron que se trataba de una broma cariñosa dirigida a algún cosmonauta soviético. Pero nadie pudo encontrar entre los cosmonautas rusos al tal Gorsky. Neil Amstrong se resistió a desvelar el misterio. Hasta que en 1995, un periodista insistió por enésima vez la pregunta de quién era el señor Gorsky. Amstrong señaló entonces que el Señor Gorsky acababa de morir y por fin podía desvelar el misterio. En 1938, cuando Amstrong era un niño en una pequeña ciudad provinciana, se encontraba un día jugando al béisbol con un amigo en el jardín de su casa. Su amigo lanzó la pelota, Neil la golpeó con tal fuerza que dió a parar en la cama del vecino a través de la ventana. Ese vecino era el Señor Gorsky. Cuando el pequeño Neil se acercó a la casa del vecino para pedir perdón y solicitar que le devolviera la pelota, oyó que la Señora Gorsky le decía a su marido: "Sexo, ¿quieres sexo?. Lo tendrás cuando el niño del vecino se pasee por la Luna".
P.D. A Aldring, que era otro astronauta que iba cn Neil Amstrong, le invitaron a conocer el Parque del "Timanfalla" de Lanzarote exclamó: "¡Si llego a saber que ésto existe me ahorro el viaje a la Luna!"

¡El caballo, que noble animal! Me viene a la memoria lo que me comentaba un lugareño de una aldea llamada Espiñeirido que está situada en un cabo de la costa atlántica y al pie del "Monte Tahume". Decía que siempre de joven solía montar a caballo y subir por una vereda de tierra, que en un principio era subir y bajar varias veces diferentes ondanadas. Más adelante el camino se hacía escarpado, e iba serpeando y es donde mejores vistas se divisaban de toda la costa atlántica. El caballo iba tranquilo, ajeno a todo, pero al llegar a ese tramo, sin indicación alguna del jinete, se paraba y levantaba la cabeza como recreándose en la inmensa panorámica. Caballo y jinete compartían la misma curiosidad y semejante excitación. Yo le decía, que hay muchas personas que no llegan a tanto, y que hacer eso les parece una pérdida de tiempo y sobre todo un esfuerzo baldío.

Uy, baldío, con lo que alimenta eso el espíritu de buenas vibraciones...

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