Enviado por Xbier (Contacto, Página)
Fecha: 26 de Octubre, 2008, 22:57
Ya iba siendo hora de que empezaras a moverte un poquito, pero publica las fotos con no más de 640 píxeles de ancho, plis.
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Enviado por el orate (
Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 0:21
Que pasa no te caben en la pantalla?
A mí me sobra.
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Enviado por Xarfita (
Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 6:13
Es que tú eres un sobrao. La foto de la desembocadura, preciosa. La de arriba estaría mucho mejor con un trabajito de borrado con el potochof, pero bueno... Ah, y esa naturaleza de moribunda nada (intrusos aparte). Hay que ver la vida que tiene esa playa. ¡Que ganas tengo de pisarla, por Tutatis!
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Enviado por sergio rodriguez gutierrez (Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 12:40
Con lo grande que es ese arenal, uno es una insignificancia. Lo más llamativo son los cambios de luz, es una zona que cambia totalmente con cada temporal, desembocando el lago grande siempre en sitios diferentes, unas veces a la izquierda de la gran roca de Carregal y otras veces a la derecha. La zona de la desembocadura es el paraje más bello, siempre a pie de la Gran Duna.La foto de la desembocadura está para enmarcar.
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Enviado por Suseñora (Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 19:51
Ayer se aburría El Orate como pueden ustedes comprobar.
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Enviado por sergio rodriguez gutierrez (Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 20:03
Pues es mejor que se siga aburriendo, así da todo lo que lleva dentro.
En una visita turística al Palacio Real de Madrid un guía se refirió a un retrato de Felipe IV y comentó que había tenido 43 hijos.
Un turista preguntó:
-¿Con la misma?
-Efectivamente, fue con la misma, pero con distintas mujeres.
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Enviado por sergio rodriguez gutierrez (Contacto, Página)
Fecha: 27 de Octubre, 2008, 20:14
M.A.TABOADA (Un relato ambientado en Argentina):
Dos viejecitos estaban en el patio de su casa tomando mate y de pronto la viejecita le pega un sopapo fenomenal al viejecito que le tira al piso, le hace volar la gorra, los anteojos y el mate. El viejecito, arrastrándose, va juntando cosa por cosa y, balbuceando, susurra una pregunta: Pero vieja...
¿Por qué hiciste eso?
A lo que la vieja responde: ¡Por 50 años de mal sexo!.
Siguen tomando el mate y al rato el viejecito, que se había quedado pensativo, le encaja un bofetón a la vieja que la desparrama por el piso, se le cae el mate, la pava, la yerbera, pierde los anteojos, se le sale la dentadura y mientras va recogiendo todo pregunta:
Y ahora vos viejo, ¿Por qué me pegas?
El viejo, sin mirarla contesta:
¿Donde aprendiste la diferencia?
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